miércoles, 25 de febrero de 2009

Azucena Villaflor de Vicenti


Hablar de lo que significa el amor de una madre, la entrega de una madre, el coraje de una madre seria hablar de Las Madres de Plaza de Mayo, seria para todos los que vivimos el horror de la dictadura y la búsqueda inmediata de todos los mejores hijos que la dictadura sangrienta nos robo, hablar de ellas en su conjunto pero quizás el mejor nombre que podemos simbolizarlas es en Azucena Villaflor de Vicenti, ejemplo de mujer, que supo entre tantas cosas ponerle el pecho a los asesinos de la patria y dar la vida por su lucha y la de todas las madres. Así desde LA CANTERA queremos rendirle un merecido homenaje.
Sólo vamos a decir, porque nos queda grande la empresa de valorar a Azucena, que fue quien hizo el puente entre la historia de la resistencia popular en la Argentina - con sus héroes, sus presos y masacrados- y las organizaciones surgidas en la lucha contra la dictadura genocida.En cada recuerdo de sus compañeros de lucha resalta un hecho: Azucena sabía que la fuente de su coraje, su inventiva, su inteligencia, era lo que nuestro pueblo fue capaz de hacer en su larga historia de lucha y sacrificio. “Tenemos que ir a Plaza de Mayo porque allí se produjeron, a través de los años, las más grandes concentraciones y los hechos políticos y sociales significativos..."
“La idea de organizarnos y reunirnos en la Plaza fue de Azucena, pero aparte, ella era una líder natural, que no hacía esfuerzos por imponerse a los demás ni pretender liderazgos, era como una gallina que nos cobijó a todas como si fuéramos sus pollitos... hasta cobijó a quien iba a ser su secuestrador.” ”Fue una de las primeras mujeres organizadoras de las Madres de Plaza de Mayo. Ella fue la que lanzó nuestra proclama inicial: “Todas por todas y todos son nuestros hijos” ¿Qué queríamos decir con esto? Era una promesa implícita de las Madres: nuestra lucha no era individual, era colectiva. A lo largo de estos años, si no fuera por esta filosofía que planeó Azucena, hubiese sido muy difícil afrontar tantas adversidades (...). Sólo la fuerza que te da el conjunto permite seguir la búsqueda. Nosotras ya no somos madres de un solo hijo, somos madres de todos los desaparecidos.”(citas de Nora Cortiñas)
“Nuestras madres, incansables luchadoras que dieron la vida por sus hijos, no pudieron vencer a la muerte, pero eran tan obstinadas que sí pudieron vencer al olvido. Y volvieron. Volvieron con el mar, como si hubieran querido dar cuenta, una vez más, de esa tenacidad que las caracterizó en vida. La presencia de sus restos da testimonio de que no se puede hacer desaparecer lo evidente. Volvieron con ese amor incondicional que sólo las madres tienen por sus hijos, para seguir luchando por ellos, por nosotros.” Los hijos de Azucena Villaflor de De Vincenti, Esther Ballestrino de Careaga y María Ponce de Bianco eligieron estas palabras para compartir el hallazgo de los cuerpos de sus madres, fundadoras de Madres de Plaza de Mayo. Estas mujeres, que hace 32 años se organizaron para pedir justicia, aportaron ahora una prueba irrefutable para la investigación de los crímenes del terrorismo de Estado: la primera evidencia científica completa de “los vuelos de la muerte”. Los primeros indicios que condujeron al Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) a identificar los restos de las fundadoras de las Madres aparecieron entre los resquicios que dejó la burocracia de la última dictadura. Una huella dactiloscópica hallada entre los papeles de un archivo de la Policía Bonaerense, perteneciente al laboratorio de necropapiloscopía, y un viejo expediente judicial de la ciudad de Dolores reclamado por la Cámara Federal porteña en las causas por la búsqueda de la Verdad condujeron al sitio donde podía estar enterrada una de las mujeres secuestradas el 8 de diciembre de 1977 en la iglesia Santa Cruz. El lugar señalado era el cementerio de General Lavalle. El EAAF exhumó allí siete cuerpos que habían sido enterrados como NN después de haber sido encontrados en las costas de San Bernardo y Santa Teresita entre diciembre de 1977 y enero de 1978." dice Página12
Nos quitaron su aporte, su humanidad inmediata y su presencia, pero su ejemplo y sus ideas germinaron hasta extenderse como verdad a todo nuestro pueblo.

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