Entendemos a la Cultura del Pueblo como el conjunto abigarrado de todas las expresiones culturales existentes que se agitan en el medio popular.
Es múltiple, inorgánica, dispersa, parcializada, yuxtapuesta y asistemica.
También reviste un carácter ambiguo, en términos políticos, porque en ella subyacen posiciones conservadoras y “progresistas” en forma simultanea. Y esa ambigüedad se marca en las concepciones compartida interclases (dominante y dominada) como la inferioridad de la mujer, la resignación, la resolución de la conflictividad vía religiosidad, la existencia de clases antagónicas como situación normal, la necesidad de autoritarismo, etc.
Así todo, la Cultura del Pueblo, y su expresión, la Cultura Popular -como elemento emanado de la cultura del pueblo- desarrollan contenidos impugnadores de la hegemonía del poder dominante, contenidos vitalizadotes de una concepción alternativa de lo existente, que contiene en si misma, una visión integral del hombre. Y esa visión alternativa e impugnadora de lo que existe es la función que cumple la artesanía popular, las creencias, las producciones literarias y musicales, vestidos, comportamientos, lenguajes…
Y es esa dimensión impugnadora del arte popular lo que levanta una rebelión de formas y códigos potenciales e insurgentes frente a lo establecido. Muestran las injusticias vividas. Se queja y desea cambiar las cosas, señala contradicciones y antagonismos. Es decir, no busca la resignación, tornándose vitalizadota de lo popular, dado que busca enriquecerse y anclarse en la historia y en las luchas de un pueblo.
Desde este espacio, nos proponemos, a partir de implementar toda una serie de actividades de carácter cultural (intervenciones en la vía publica, desarrollo de murales, graffitis, exposiciones, ciclos de cine, recitales, ciclos de charlas y debates, radios abiertas, talleres para la formación de promotores culturales – como forma de apoyo a comedores populares y a experiencias de trabajo comunitario-, etc.), acompañar los diversos procesos existentes de organización popular, poniendo el acento en lo que hace a la producción y a la apropiación del conocimiento.
El arte, manifestación parcial de la cultura, existe desde el origen del hombre como tal. Y ambos conviven en una relación de reciprocidad, dándose y otorgándose vida y sentido.
Para nosotros, el arte es una manera de expresar sonidos, imágenes, ideas, sentimientos, etc. que generan su espacio y una transformación. Es inclusiva. Involucra tanto a quienes la practican como a quienes la perciben, saldando esta disyuntiva.
Las expresiones culturales y artísticas propuestas desde LA CANTERA son puertas que se abren e invitan a la participación social y al desarrollo de la creatividad social, recorriendo los caminos de la comunicación, de las ideas y del encuentro; fomentando la solidaridad social y la conjunción de practicas positivas y modificadores de lo existente; practicas que entienden a la cultura como cada fragmento del ser humano que se encuentre involucrado con la vida y con la construcción, ya sea desde lo ideológico, económico, social, político, pero sobre todo, desde la responsabilidad y el compromiso. Compromiso que forje en su accionar, una sociedad justa donde nacer, desarrollarse y vivir.
Es múltiple, inorgánica, dispersa, parcializada, yuxtapuesta y asistemica.
También reviste un carácter ambiguo, en términos políticos, porque en ella subyacen posiciones conservadoras y “progresistas” en forma simultanea. Y esa ambigüedad se marca en las concepciones compartida interclases (dominante y dominada) como la inferioridad de la mujer, la resignación, la resolución de la conflictividad vía religiosidad, la existencia de clases antagónicas como situación normal, la necesidad de autoritarismo, etc.
Así todo, la Cultura del Pueblo, y su expresión, la Cultura Popular -como elemento emanado de la cultura del pueblo- desarrollan contenidos impugnadores de la hegemonía del poder dominante, contenidos vitalizadotes de una concepción alternativa de lo existente, que contiene en si misma, una visión integral del hombre. Y esa visión alternativa e impugnadora de lo que existe es la función que cumple la artesanía popular, las creencias, las producciones literarias y musicales, vestidos, comportamientos, lenguajes…
Y es esa dimensión impugnadora del arte popular lo que levanta una rebelión de formas y códigos potenciales e insurgentes frente a lo establecido. Muestran las injusticias vividas. Se queja y desea cambiar las cosas, señala contradicciones y antagonismos. Es decir, no busca la resignación, tornándose vitalizadota de lo popular, dado que busca enriquecerse y anclarse en la historia y en las luchas de un pueblo.
Desde este espacio, nos proponemos, a partir de implementar toda una serie de actividades de carácter cultural (intervenciones en la vía publica, desarrollo de murales, graffitis, exposiciones, ciclos de cine, recitales, ciclos de charlas y debates, radios abiertas, talleres para la formación de promotores culturales – como forma de apoyo a comedores populares y a experiencias de trabajo comunitario-, etc.), acompañar los diversos procesos existentes de organización popular, poniendo el acento en lo que hace a la producción y a la apropiación del conocimiento.
El arte, manifestación parcial de la cultura, existe desde el origen del hombre como tal. Y ambos conviven en una relación de reciprocidad, dándose y otorgándose vida y sentido.
Para nosotros, el arte es una manera de expresar sonidos, imágenes, ideas, sentimientos, etc. que generan su espacio y una transformación. Es inclusiva. Involucra tanto a quienes la practican como a quienes la perciben, saldando esta disyuntiva.
Las expresiones culturales y artísticas propuestas desde LA CANTERA son puertas que se abren e invitan a la participación social y al desarrollo de la creatividad social, recorriendo los caminos de la comunicación, de las ideas y del encuentro; fomentando la solidaridad social y la conjunción de practicas positivas y modificadores de lo existente; practicas que entienden a la cultura como cada fragmento del ser humano que se encuentre involucrado con la vida y con la construcción, ya sea desde lo ideológico, económico, social, político, pero sobre todo, desde la responsabilidad y el compromiso. Compromiso que forje en su accionar, una sociedad justa donde nacer, desarrollarse y vivir.
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